El secreto de la Prosperidad se resume en una sola palabra: CHI o ENERGIA. El dinero es solamente una expresión de esta energía universal. Por eso es tan importante el manejo del flujo de la energía en un local comercial. El primer punto a considerar para el éxito de un emprendimiento comercial es la ubicación. Todos hemos oído hablar del Yin y el Yang: la fuerza Yin es la fuerza de lo oscuro y lo decadente, la fuerza Yang es la fuerza de la luz y el crecimiento. Indudablemente, un comercio debe procurar una exposición a la fuerza Yang para tener posibilidades de prosperar. Tránsito, movimiento, luz natural, exposición, un ingreso amplio y visible son todas características Yang que favorecerán el desarrollo del negocio. Sin embargo, hay que mantener un cierto equilibrio porque cuando la fuerza Yang se encuentra en exceso inevitablemente comienza a transformarse en Yin (la inversa también es cierta, lo cual puede explicar por qué en algunas ciudades las zonas más prósperas se encuentran en los alrededores de un cementerio, como por ejemplo el barrio de la Recoleta en Buenos Aires). Cuando no se cuenta con una ubicación que provea al local de suficiente energía Yang es posible atraerla mediante el movimiento, el color y una adecuada ubicación de las puertas.
El segundo punto es la orientación y éste es un punto muy complejo. El feng shui considera cinco tipos básicos de energía, llamados Wu Hsing o los Cinco Elementos. Estos son Fuego, Tierra, Metal, Agua y Madera. El Sur expresa la energía del Fuego, el Este y el Sudeste la energía de la Madera, el Oeste y el Noroeste la energía del Metal, el Norte la energía del Agua y el Sudoeste y el Nordeste la energía de la Tierra. Estas asignaciones no son arbitrarias sino que forman parte de un sólido sistema de correspondencias que forma la base teórica del feng shui.
La idea es orientarse hacia un punto cardinal armónico con la actividad que deseamos desarrollar. Por ejemplo un pub, que expende líquidos, está relacionado con el elemento Agua. Orientarlo hacia la dirección del Fuego (Sur) sería inapropiado, pues las energías del Agua y del Fuego son opuestas en su naturaleza. Un pub se orienta convenientemente hacia el Norte y también hacia el Oeste y el Noroeste, pues el Metal es afín al Agua también. A la inversa, un local de comida rápida está relacionado con el elemento Fuego y se beneficiará orientado al Sur y también al Este o al Sudeste.
El color es otra manera de estar en armonía con los Elementos y sus orientaciones. Una fachada orientada al Sur se beneficia con el color del Fuego, que es el rojo. Al Norte le corresponden el azul o el negro; al Este y Sudeste el verde. El Oeste y el Noroeste son afines al blanco y el Sudoeste y el Nordeste, al amarillo o los colores terrosos. Cada uno de nosotros, además, tiene una energía propia relacionada con los Cinco Elementos y que queda determinada por nuestra fecha de nacimiento. Imaginemos lo que sucede si nuestro elemento personal es el Metal y trabajamos ocho horas diarias en un escritorio o un mostrador que enfrenta la energía del Fuego...el fuego funde al metal y así terminaremos el día...”fundidos”.
El segundo punto es la orientación y éste es un punto muy complejo. El feng shui considera cinco tipos básicos de energía, llamados Wu Hsing o los Cinco Elementos. Estos son Fuego, Tierra, Metal, Agua y Madera. El Sur expresa la energía del Fuego, el Este y el Sudeste la energía de la Madera, el Oeste y el Noroeste la energía del Metal, el Norte la energía del Agua y el Sudoeste y el Nordeste la energía de la Tierra. Estas asignaciones no son arbitrarias sino que forman parte de un sólido sistema de correspondencias que forma la base teórica del feng shui.
La idea es orientarse hacia un punto cardinal armónico con la actividad que deseamos desarrollar. Por ejemplo un pub, que expende líquidos, está relacionado con el elemento Agua. Orientarlo hacia la dirección del Fuego (Sur) sería inapropiado, pues las energías del Agua y del Fuego son opuestas en su naturaleza. Un pub se orienta convenientemente hacia el Norte y también hacia el Oeste y el Noroeste, pues el Metal es afín al Agua también. A la inversa, un local de comida rápida está relacionado con el elemento Fuego y se beneficiará orientado al Sur y también al Este o al Sudeste.
El color es otra manera de estar en armonía con los Elementos y sus orientaciones. Una fachada orientada al Sur se beneficia con el color del Fuego, que es el rojo. Al Norte le corresponden el azul o el negro; al Este y Sudeste el verde. El Oeste y el Noroeste son afines al blanco y el Sudoeste y el Nordeste, al amarillo o los colores terrosos. Cada uno de nosotros, además, tiene una energía propia relacionada con los Cinco Elementos y que queda determinada por nuestra fecha de nacimiento. Imaginemos lo que sucede si nuestro elemento personal es el Metal y trabajamos ocho horas diarias en un escritorio o un mostrador que enfrenta la energía del Fuego...el fuego funde al metal y así terminaremos el día...”fundidos”.
A lo largo del tiempo también se producen cambios cíclicos relacionados con los Cinco Elementos. Esto explica por qué un comercio que prospera de pronto deja de hacerlo: los Elementos que estaban obrando a su favor terminan su ciclo y son reemplazados por otros; entonces es preciso hacer cambios y ajustes para restaurar el equilibrio perdido.
Cada vivienda o local es al mismo tiempo un microcosmos en donde todas estas fuerzas se replican en pequeña escala. Esta consideración permite trazar un mapa que muestra cómo se distribuyen las energías de los Cinco Elementos dentro del local. A partir de ese mapa se puede diseñar la distribución del equipamiento y el lay out de manera de obtener el máximo provecho de las energías correspondientes a cada área
Cada vivienda o local es al mismo tiempo un microcosmos en donde todas estas fuerzas se replican en pequeña escala. Esta consideración permite trazar un mapa que muestra cómo se distribuyen las energías de los Cinco Elementos dentro del local. A partir de ese mapa se puede diseñar la distribución del equipamiento y el lay out de manera de obtener el máximo provecho de las energías correspondientes a cada área
Uno de los puntos cruciales en todo análisis de feng shui es el acceso: la puerta o entrada al local define de qué modo la energía ingresará. Si el acceso es amplio y fluído tenemos buenas posibilidades de prosperar, si el acceso es restringido u obstaculizado, tendremos problemas. Como ejemplo, mostraremos una tienda de ropa femenina que se encuentra en la calle Posadas de la Ciudad de Buenos Aires, en uno de sus barrios más exclusivos. Aunque muchas personas se detenían a mirar los artículos en vidriera, ya que los diseños eran exclusivos y muy atrayentes, sólo unas pocas ingresaban al local a comprar. La dueña del local, lógicamente, no se encontraba de buen ánimo y tenía problemas con sus empleadas e incluso con algunas clientes.
La entrada al local presentaba una configuración muy negativa: la puerta enfrentaba a dos escaleras: una que ascendía a un entrepiso superior y otra que descendía a un subsuelo. Esta configuración obstaculizaba y perturbaba el ingreso de la energía al local. De hecho, mientras relevábamos el lugar vimos con nuestros propios ojos cómo las posibles clientes entraban y se detenían al lado de la puerta, sin subir la escalera y sin ingresar nunca realmente al local.
Recomendamos, entre otras cosas, colocar un espejo a la salida de la escalera descendente y una fuente de agua con una sola caída apuntando hacia la escalera ascendente. Con esto lográbamos re-encauzar la energía para que no " cayera" en el subsuelo y no fuera " expulsada" por la escalera ascendente. Además, mediante un estudio de estrellas volantes reubicamos espejos, percheros y colores dentro del local.
Los resultados fueron inmediatos y sorprendentes. Al día siguiente se registró un incremento notable en las ventas, la dueña del local comenzó naturalmente a sentirse de mejor ánimo y los problemas con el personal pudieron superarse. Estos resultados confirmaron que nuestro diagnóstico había sido correcto y las " curas" que propusimos fueron acertadas, simples y eficaces.
La entrada al local presentaba una configuración muy negativa: la puerta enfrentaba a dos escaleras: una que ascendía a un entrepiso superior y otra que descendía a un subsuelo. Esta configuración obstaculizaba y perturbaba el ingreso de la energía al local. De hecho, mientras relevábamos el lugar vimos con nuestros propios ojos cómo las posibles clientes entraban y se detenían al lado de la puerta, sin subir la escalera y sin ingresar nunca realmente al local.
Recomendamos, entre otras cosas, colocar un espejo a la salida de la escalera descendente y una fuente de agua con una sola caída apuntando hacia la escalera ascendente. Con esto lográbamos re-encauzar la energía para que no " cayera" en el subsuelo y no fuera " expulsada" por la escalera ascendente. Además, mediante un estudio de estrellas volantes reubicamos espejos, percheros y colores dentro del local.
Los resultados fueron inmediatos y sorprendentes. Al día siguiente se registró un incremento notable en las ventas, la dueña del local comenzó naturalmente a sentirse de mejor ánimo y los problemas con el personal pudieron superarse. Estos resultados confirmaron que nuestro diagnóstico había sido correcto y las " curas" que propusimos fueron acertadas, simples y eficaces.
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