viernes, 31 de octubre de 2008

Cocina Feng Shui



En el Feng Shui, la cocina es el lugar del sustento, la alimentación y la supervivencia. En el Feng Shui antiguo, más tradicional, se asociaba con la prosperidad y la riqueza había que cuidarla para evitar la mala fortuna y la ruina, lógico dentro de una cultura fatalista. En la Escuela Europea se ve la cocina como el lugar donde trabajar para el placer de comer o el de la compañía de los amigos. Como el lugar que permite cumplir con el sustento y que al contener el fuego físico, es el espacio simbólico de la creatividad y la vitalidad de los habitantes de la casa. En el Feng Shui antiguo la cocina era el corazón de la casa; en la Escuela Europea se considera como tal centro de la casa, el dormitorio, dando mayor importancia a las relaciones personales, especialmente de pareja, que no a la pura pervivencia física por la comida.
A diferencia del baño que tiende a bajar la energía, dando dificultades en el área del mapa bagua en el cual se encuentre, la cocina puede ejercer el efecto contrario. La cocina está regida fundamentalmente por el fuego y puede elevar la zona correspondiente del bagua, pero ¡cuidado! debemos evitar que esa elevación sea excesiva. Si un baño está en Prosperidad tiende a hacer que el dinero se escape como agua por un agujero o que los negocios se “ahoguen”, una cocina en Prosperidad, por ejemplo, puede hacer que el dinero se “queme” o que los negocios se conviertan en humo sin llegar a buen término. Iguales efectos tendremos en Relaciones y Pareja, Salud, Fama, etc…
La cocina junto con el baño son los espacios que tienden a crear más rápidamente efectos percibibles por su influencia en la vida de los habitantes de la casa. La forma de tener unos buenos resultados y no tener problemas, de acuerdo al Feng Shui Europeo, es como siempre evitar los extremos en el uso de elementos y colores y buscar el punto central, el equilibrio, que genere un efecto positivo a nivel simbólico y material.
LA COCINA IDEAL
Pero la cocina es un lugar que se usa mucho, muy marcado por el fuego de los fogones, el microondas y por el agua de las pilas, la nevera y, en muchos casos, del lavavajillas y la lavadora. En una cocina ideal los componentes de cada grupo, fuego y agua, deben estar juntos entre ellos, pero separados de los otros. Horno, microondas y fogones a un lado, elementos de agua al otro. Ni uno al lado del contrario, ni enfrentados. Cuando esto no es posible porque el espacio es pequeño o porque contamos con una cocina de tipo tren, donde los componentes están todos en línea, podemos separarlos simbólicamente usando madera por ejemplo, una tabla de cortar de madera, o tierra: un jarrón de cerámica o un tiesto con plantas auténticas o falsas.
La ubicación de la puerta también es importante en el caso de la cocina. Hay que evitar que se encuentre frente a la del baño o directamente mirando hacia la puerta de entrada a la casa. Cerca de la entrada pero no frente a la misma es una buena ubicación.
Los colores preferibles son los claros, pero que no sean demasiado calientes para evitar un exceso de fuego, ni demasiado acuáticos para evitar que el agua apague al fuego. Lo ideal son colores terrosos no muy oscuros: arenas, tostados, pasteles, limón, etc… Por supuesto, combinados con toques de azules y verdes claros, tanto como elementos en rojo, naranja, rosa, en elementos como cuadros, luces y plantas.
También como en el baño podemos potenciar los elementos vegetales con motivos decorativos que los representen: cenefas, cuadros, estampas, fotografías de paisajes, flores, frutas y todos los motivos botánicos en general. Así como todas las representaciones de vida: paisajes, actividades humanas, animales, sin olvidar el motivo principal: todo lo relacionado con la comida.

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